5 formas de personalizar tu mochila táctica
Utilizar una mochila fabricada en serie sin modificaciones es como mudarse a un apartamento vacío. Podrías no hacerle nada y seguiría cumpliendo su función, aunque no te sentirías como en casa. Prueba estas cinco formas de personalizar tu mochila táctica para que diga más sobre quién eres.
5) El diablo está en los detalles
No necesitas compartir la historia de tu vida, pero las cosas básicas que querrías saber sobre alguien son esenciales. Prepararse para el peor de los casos es mejor que no estar preparado si te encuentras en una situación desesperada. Utiliza un rotulador para poner tu nombre, tu número de teléfono y tu dirección en la mochila, así serás fácilmente identificable. Además, estampar tu nombre en ella garantiza que otra persona no se la lleve por error si la utilizas para viajar.
4) Pon parches
Los parches en las mochilas son como las pegatinas en un coche: una vez que le pones uno, pronto toda tu mochila será una obra maestra llena de parches. Añadir parches a tu mochila táctica te permite mostrar al mundo quién eres. Si sientes pasión por una causa, eres miembro activo de las fuerzas armadas o trabajas como socorrista, un parche puede mostrar tu apoyo sin que digas una palabra. Los parches cuadrados o rectangulares son los que mejor funcionan, sobre todo si les añades velcro para mantenerlos más seguros. También puedes doblar estos parches para que sirvan de bolsillos adicionales si eres muy mañoso.
3) Mejores asas
La mayoría de las mochilas tácticas tienen un asa entre las correas de los hombros. Esta asa es útil para cargar la mochila y darle un respiro a tu espalda. Sin embargo, esa pequeña asa podría ser demasiado pequeña, y el roce del nylon contra tu piel podría resultar incómodo. Una forma de combatir el desagradable nylon es cubrirlo con algo que sea más fácil de agarrar. Un pequeño tubo de plástico o espuma funciona bien, teniendo en cuenta que ningún material te rozará.
2) Visto pero no oído
Una gran mochila táctica es aquella que puedes llevar contigo mientras haces senderismo por la naturaleza. Aunque harás la mayor parte del trabajo de campo durante el día, cuando el sol está fuera, inevitablemente querrás ver cómo la luna golpea un pequeño estanque por la noche. Sin embargo, tienes suerte de ver un paso delante de ti cuando está oscuro, así que considera añadir bandas reflectantes a tu mochila.
1) Los múltiples usos de una sábana de plástico
Hay un cajón en tu casa lleno de objetos varios que no tienen un hogar. Ese cajón de trastos puede parecer caótico, pero tiene un propósito importante. Puede que no necesites una cinta métrica con regularidad, pero sabes dónde encontrarla cuando necesitas medir algo. Puedes hacer lo mismo con tu mochila táctica y crear una especie de cajón de los trastos, siempre que haya en él una bolsa de plástico grande.
Una hoja grande de plástico sirve para múltiples propósitos. Sobre todo, es una forma improvisada de proporcionar cobijo en climas tumultuosos. Una sábana que desvía la lluvia funciona mejor que un paraguas para mantenerte seco y es ligera.
5) El diablo está en los detalles
No necesitas compartir la historia de tu vida, pero las cosas básicas que querrías saber sobre alguien son esenciales. Prepararse para el peor de los casos es mejor que no estar preparado si te encuentras en una situación desesperada. Utiliza un rotulador para poner tu nombre, tu número de teléfono y tu dirección en la mochila, así serás fácilmente identificable. Además, estampar tu nombre en ella garantiza que otra persona no se la lleve por error si la utilizas para viajar.
4) Pon parches
Los parches en las mochilas son como las pegatinas en un coche: una vez que le pones uno, pronto toda tu mochila será una obra maestra llena de parches. Añadir parches a tu mochila táctica te permite mostrar al mundo quién eres. Si sientes pasión por una causa, eres miembro activo de las fuerzas armadas o trabajas como socorrista, un parche puede mostrar tu apoyo sin que digas una palabra. Los parches cuadrados o rectangulares son los que mejor funcionan, sobre todo si les añades velcro para mantenerlos más seguros. También puedes doblar estos parches para que sirvan de bolsillos adicionales si eres muy mañoso.
3) Mejores asas
La mayoría de las mochilas tácticas tienen un asa entre las correas de los hombros. Esta asa es útil para cargar la mochila y darle un respiro a tu espalda. Sin embargo, esa pequeña asa podría ser demasiado pequeña, y el roce del nylon contra tu piel podría resultar incómodo. Una forma de combatir el desagradable nylon es cubrirlo con algo que sea más fácil de agarrar. Un pequeño tubo de plástico o espuma funciona bien, teniendo en cuenta que ningún material te rozará.
2) Visto pero no oído
Una gran mochila táctica es aquella que puedes llevar contigo mientras haces senderismo por la naturaleza. Aunque harás la mayor parte del trabajo de campo durante el día, cuando el sol está fuera, inevitablemente querrás ver cómo la luna golpea un pequeño estanque por la noche. Sin embargo, tienes suerte de ver un paso delante de ti cuando está oscuro, así que considera añadir bandas reflectantes a tu mochila.
1) Los múltiples usos de una sábana de plástico
Hay un cajón en tu casa lleno de objetos varios que no tienen un hogar. Ese cajón de trastos puede parecer caótico, pero tiene un propósito importante. Puede que no necesites una cinta métrica con regularidad, pero sabes dónde encontrarla cuando necesitas medir algo. Puedes hacer lo mismo con tu mochila táctica y crear una especie de cajón de los trastos, siempre que haya en él una bolsa de plástico grande.
Una hoja grande de plástico sirve para múltiples propósitos. Sobre todo, es una forma improvisada de proporcionar cobijo en climas tumultuosos. Una sábana que desvía la lluvia funciona mejor que un paraguas para mantenerte seco y es ligera.
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